Paisaje oceánico. Verdes y azules de variados matices pero más bien apagados, con algunas manchas blancas de las olas encrespadas. Las nubes, hoy más bajas que de costumbre, se mezclan en algún punto de la costa con el agua pulverizada de las olas. La cordillera Chongón-Colonche, ya de por sí desdibujada por la neblina, se va difuminando con la distancia a medida que navegamos mar adentro desde Puerto López, en busca de las yubartas o ballenas jorobadas. Paisaje de matices delicados poco intensos, como en la mayoría de los días del verano de la costa sur de Ecuador, cubierto por una impasible capa de nubes.

Paisaje de temporada de ballenas.

Seguro que los pescadores encontrarían más detalles, incluso en el horizonte. Aparentemente una línea recta. Me fijo con detalle en busca de yubartas. Ya no me parece una línea. Las olas dibujan protuberancias, más evidentes cuando el barco se hunde entre olas y el horizonte se acerca.

¡Una ballena! No… es un barco de pesca. Así como diez veces. Aquello parece… una pluma de agua producto de la respiración de la ballena… ¡Sí, lo es! ¡Muy lejos pero lo es! ¡Y salta con su inconfundible silueta y sus grandes aletas pectorales! El guía del Parque Nacional Machalilla seguro que hace rato que la ha visto, nos dirigimos hacia ella.

Valentí Zapater