El viejo Samsung Galaxy S4 se está muriendo, después de más de 4 años. Es curioso el momento en que esto sucede. Hace dos semanas estaba realizando un reportaje (fotografías y texto) sobre el acompañamiento al final de la vida. Y llegó un momento muy delicado en que no me podía permitir hacer ningún ruido, por lo que aparqué la Canon EOS 6D y comencé a fotografiar con el móvil. Estoy bastante satisfecho de estas fotos, ya había probado de imprimir algunas a un tamaño entre A3 y A4, y el resultado fue excelente. El móvil empezó a fallar la semana pasada, cuando estaba de vacaciones y apagado la mayor parte del tiempo. Además, estaba leyendo un excelente libro sobre adicciones a la tecnología, que recomiendo encarecidamente. A la vuelta, al ver que el smartphone no funcionaba bien, recuperé el viejo Nokia 2720 Fold, que funciona a la perfección. No he echado de menos el S4 en estos 3 días, excepto en un momento por Barcelona donde me costó encontrar una calle que conocía poco.
En fin, ahora me toca, con calma, mirar qué móvil me compro. Por el uso que le doy en algunos momentos tengo claro que tiene que ser rápido y que me permita realizar fotografías con unos resultados a la altura del S4, por lo menos. Pero no de alta gama. Quizás que me permita disparar en algún formato RAW. Aunque es posible que, después de leer el libro, utilice menos el nuevo móvil.
Mientras tanto continúo con la edición de las fotografías y la redacción del texto del reportaje sobre el acompañamiento al final de la vida, un tema en el que me estoy metiendo a fondo. Este otoño tendréis noticias sobre ello.
Por cierto, con lo que os he comentado, ¿qué móvil me recomendáis? ¡Gracias!
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