Los huertos urbanos son tan antiguos como las ciudades y satisfacen muchas necesidades sociales. Después de una primera oleada de huertos y barracas durante la inmigración en Barcelona de los años 50 y 60 del s. XX, se inicia una etapa más reivindicativa a partir de los años 90. En el contexto actual de crisis los huertos urbanos han tomado importancia por la posibilidad de proporcionar alimentos de calidad a bajo coste y por su papel como lugares de reivindicación, de transformación social y del espacio urbano.