Esta es la 2ª parte del resumen del audiovisual Ecuador megadiverso, de la Amazonía a la costa. En este caso haré una aproximación a la Amazonía ecuatoriana a través del viaje que realicé al Parque Nacional Yasuní para hacer el reportaje sobre la iniciativa Yasuní-ITT, “Al otro lado del silencio”, con el periodista especializado en temas de energía David Biller.
Toda una noche en autobús, 12 h bajando por el río Napo en barca colectiva, 7 h más remontando el río Yasuní… Agotador, pero no más que todos los trámites para poder realizar este reportaje. Por fin estamos en la comunidad Waorani de Kawymeno, lugar de contrastes. Motores de 200 CV para las barcas son algunos de los regalos que hacen las empresas petroleras a los waorani para tenerlos de su lado. No en vano bajo el Parque Nacional Yasuní hay cantidades ingentes de petróleo, hecho que ha impulsado al gobierno ecuatoriano a pedir dinero a todo el mundo a cambio de mantener estas reservas bajo tierra: es la iniciativa Yasuní ITT. A pesar de todo los Waorani siguen en gran parte la vida de siempre: salen a cazar con sus cerbatanas y dardos impregnados en curare, una neurotoxina que paraliza la respiración y se elabora mediante un complicado proceso de cocción de la corteza de una liana.
Una de las cosas más placenteras que se pueden hacer en la Amazonía es remar por los ríos respetando el silencio. Así nos pudimos acercar a muchos animales sin perturbarlos. Los más espectaculares, sin duda alguna, fueron la nutria neotropical (Lontra longicaudis) y el delfín de río (Inia geoffrensis).
Si remar por el río es una experiencia extraordinaria todavía lo es más hacerlo en las lagunas, donde los espacios se amplían, las aguas son como un espejo a primera hora de la mañana y las puestas de sol son extraordinarias. Además de formidables paisajes también se pueden observar aves propias de estos espacios, como el espectacular hoatzin (Opistocomus hoazin).
A parte de ríos y lagunas hay espacios con vegetación permanentemente inundada y otros que se inundan estacionalmente (igapó y varzea respectivamente), con una flora peculiar adaptada a estas condiciones.
Si los espacios abiertos de ríos y lagos son buenos para la observación y fotografía de animales, en el bosque de tierra firme las cosas son diferentes. Paseando con calma podremos descubrir la extraordinaria variedad de formas y colores de pequeños seres como setas, líquenes y artrópodos. Los animales más grandes están ahí, y la garantía de verlos es tener mucha paciencia y disponer de un buen guía: así animales como el pécari de labio blanco (Tayassu pecari) pueden estar a nuestro alcance. Mientras tanto, sin saberlo, casi seguro que alguna de las 6 especies de felinos que habitan el parque nacional Yasuní estará siguiendo nuestros pasos.
Hola, bellísimas fotos, una inmensa sana envidia, de que se hayan nutrido de naturaleza pura, de que hayan compartido con especies que habitan esos lares milenarios, quisiera saber si puedo usar sus fotos para un proyecto de vida, quieren conocerlo? escríbanme. …
Gracias por sus comentarios y por pedirme permiso para usar mis fotografías, cosa poco común hoy en día, por desgracia. Le escribo a su email.