(Original publicado en catalán)
Esto no es una receta mágica ni nada parecido. Simplemente os explicaré el proceso que seguí para escoger una profesión que me llena, que llevo dentro.
Era abril de 1997 y trabajaba como técnico de medio ambiente en el Taller de Ingeniería Ambiental, empresa ya desaparecida. Creo recordar que llevaba 5 años y estaba harto de la política de grandes infraestructuras y de un trabajo en el que me encontraba estancado y sin posibilidades de realización personal. Supongo que esta situación me llevó a leer el libro “Caminos hacia el progreso personal”, de Bryan Tracy. El primer resultado de todo ello fue un papelito donde apunté que mi profesión me tenía que permitir aquello que me gustaba, en resumen: vivir experiencias en la naturaleza y explicarlas. Y también ponía un objetivo a 1o años vista que ligaba con todo ello: publicar en la revista National Geographic. Aunque en ningún caso hablaba de fotografía.
El papelito y el libro quedaron olvidados, pero las cosas se empezaron a mover: aproveché un momento de cambios en la empresa para ir al paro, tenía muy claro que trabajando no tendría tiempo de saber lo que quería. Eso fue en agosto de 1997, momento en que, «casualmente», me compré una Nikon FM2 y me dediqué durante unos meses a hacer aquello que me gustaba más en aquel momento, la espeleología, pero siempre con la cámara encima. A finales de año hice un curso de fotografía espeleológica con Iñaki Relanzón, momento en el que vi la luz: quería ser fotógrafo. 10 años más tarde publicaba mi primer reportaje en National Geographic.
Está claro que para saber cuál es el trabajo que te gustaría hacer primero tienes que saber qué es aquello que te llena, y para eso se necesita tiempo para vivir, para sentir, cosa difícil con la presión del día a día.
De aquí a 10 años os explicaré cómo salí de la crisis.
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